
Las ratites, como también se conoce a las aves pertenecientes a las struthioniformes, comprende especies como son las avestruces, los kiwis o los ñandúes.
Debido a su curiosa forma física, las ratites son fácilmente distinguibles de la mayoría de especies de aves, conozcamos más sobre ellas.
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Características físicas
Las aves struthioniformes son muy reconocibles por la forma de su cuerpo redondeado y grande cubierto de plumas que se asemejan al pelo, destaca su cuello largo con patas firmes, unas alas pequeñas comparadas al tamaño de su cuerpo y unas caderas muy anchas.
Una de las características más famosas de las ratites o struthioniformes, es que no pueden volar, su esqueleto y también su musculatura alar está simplificada. Esto se debe a que no hay quilla en el esternón, de ahí el nombre «ratites», del latín, ratis, «una balsa», en contraste con todas las otras aves, que solían llamarse «carinatae», de Carina, «una quilla».
Debido a que no tienen glándula uropigial, o, más informalmente conocida como glándula del acicalamiento que se encuentra en la mayoría de las aves y secreta un aceite que usan para el acicalamiento del plumaje, las ratites no pueden impermeabilizar sus plumas, por lo tanto cuando llueve se empapan con la lluvia.
Taxonomía

La clasificación tradicional coloca las cinco familias de ratites en cuatro órdenes enfatizando que son muy distintos los unos de los otros. Sin embargo, existe una corriente en la cual se juntan las cinco familias en un solo orden, las struthioniformes, la ventaja es que pueden demostrar que están más estrechamente relacionados entre sí que con otras aves, mientras que su segregación junto con el tinamou, queda en un segundo superorden.
Muchas de las especies que aglutinaba esta familia han ido desapareciendo, se han extinguido. También debemos saber que los restos encontrados de estas aves datan de hace 89 millones de años, lo que desvela una gran evolución.
Las ratites o struthioniformes, pertenecen a las palaeognathae (paleognatos), que tradicionalmente compartían con los tinamúes, curiosamente, estos últimos sí que pueden volar. Su nombre proviene de una compleja estructura ósea en la mandíbula superior denominada paladar paleognato
Su pertenencia a los paleognatos, ayuda a enfatizar su diferencia con el resto de grupos aviares existentes.